'EIFFEL': Una historia que enseña un amor a través del tiempo que puede levantar torres de metal de 300 metros

'EIFFEL': Una historia que enseña un amor a través del tiempo que puede levantar torres de metal de 300 metros

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El director francés Martín Bourboulon (Papá o mamá) nos muestra en EIFFEL, cómo un amor casi desesperado inspiró la creación de uno de los edificios más emblemáticos y reconocibles del mundo: la Torre Eiffel.

En el transcurso de la película, Bourboulon te invita a seguir a un personaje acomodado, pero humilde, con el que sufres y aprendes casi desde el primer momento.

El ingeniero Gustave Eiffel, interpretado por Romain Duris, tras haber finalizado su colaboración en la Estatua de la Libertad estadounidense, se ha forjado un nombre y una reputación. Gracias a sus muy sonados trabajos con el metal, el gobierno francés le presiona para diseñar algo espectacular, innovador y que represente la libertad de la Francia de 1889, pero Eiffel no tiene mucho interés en participar en la Exposición Universal de París, creada para conmemorar el primer centenario de la Revolución Francesa.

Al menos hasta que regresa a su vida una misteriosa mujer, Adrienne, personaje interpretado por Emma Mackey y los recuerdos de un pasado pasional e intenso le hacen plantearse su decisión.

La ciudad de París no será la misma tras el gran proyecto que Gustave tiene entre manos, y Gustave no será el mismo tras reencontrarse con su gran amor.

Lo más destacable de este film francés es, sin lugar a dudas, la actuación de sus dos protagonistas, pues solo con sus miradas son capaces de transmitir miles de sentimientos.

Más concretamente logra sorprender la actuación de Emma Mackey, conocida mundialmente por su papel en la serie americana Sex Education. Emma interpreta en EIFFEL a un personaje que dista mucho de a lo que tiene acostumbrado a su público y además logra introducirte en sus emociones desde el primer momento, algo realmente difícil de conseguir.

Es complicado escribir una historia de amor sin caer en clichés y ciertamente, EIFFEL no tiene ningún elemento sorpresa y es predecible, pero gracias a la ambientación y al periodo histórico en el que transcurre, consigue que los curiosos no puedan apartar la mirada de la pantalla.  

Para concluir, EIFFEL es un film que resulta interesante porque invita a saber sobre cómo se construyó la torre Eiffel, sobre la mente detrás del edificio y sobre la mujer que lo inspiró. Además, historias de amor como la que relata nunca pasan de moda.