3 Butacas de 5
Dos años después del estreno de My Hero Academia: El despertar de los héroes, Kenji Nagasaki, quien dirigiera las películas y series previas de la franquicia basada en el manga de Kôhei Horikoshi, vuelve a los cines con My Hero Academia: Misión mundial de héroes, una cinta tan irregular como la serie en la que se basa pero que a buen seguro deleitará a los fans del anime.
Que una película basada en un manganime sea irregular no es nada nuevo; de hecho, podríamos decir que es la tónica, y más cuando se trata del género shonen (término demográfico que se usa para referirse al manga y anime dirigido especialmente a hombres jóvenes). Recientemente hemos tenido claros ejemplos de ello: el debut en el cine de Guardianes de la noche, las últimas películas de One Piece, Detective Conan, Dragon Ball, Digimon… Todas estas notables propuestas de animación nipona tienen algo en común: suponen un gratificante regalo para los seguidores acérrimos de sus respectivos seriales pero que, pese a sus múltiples virtudes, no mantienen el nivel de sus mejores tramos a lo largo del metraje. Afortunadamente, el aficionado de Boku no Hero está acostumbrado a que no todos los capítulos de la serie mantengan la regularidad general de la serie, por lo que perdonará las limitaciones que presenta el producto que nos ocupa.
Y es que motivos para perdonar sus fallos no nos faltan. Como suele ocurrir en estos eventos fílmicos , que funcionan como historias independientes, no va a tener consecuencias en el devenir de la trama de la serie, pero, a pesar de que no tenga una narrativa lo suficientemente sólida ni siquiera para sostener y defender ciertas decisiones de guion, podemos afirmar, sin duda alguna, que la animación y el dibujo que aquí tanto relucen se encuentran por encima de la calidad de las cinco temporadas de la serie y las dos películas estrenadas previamente. Asimismo, una acción trepidante, un final épico (aunque algo manido y tramposo) y un rival a la altura del protagonista son algunos de los demás aciertos con los que cuenta el nuevo film de My Hero Academia. Es cierto que la cinta nos deja la sensación de no saber a qué jugar, presentándonos dos películas diferentes: por un lado, una amable buddy movie; por otro, una típica producción de superhéroes. Ambas películas tienen su cara y su cruz: la primera de ellas evidencia las decisiones más cuestionables de su libreto, pero muestra su parte más original y humana, inculcando valores ya muy arraigados en la franquicia tales como el valor de la amistad, la perseverancia y la integridad; la segunda nos presenta su faz más previsible en lo argumental pero la más interesante a nivel visual y de trasfondo, abarcando de manera palpable y eficaz el tema del fanatismo religioso y el terrorismo ligado al radicalismo tan en auge en la sociedad post 11-S.
Como podemos comprobar, My Hero Academia: Misión mundial de clubes es un largometraje quecuenta con tantas luces como sombras y que deleitará al fan acérrimo del anime pero que tal vez deje un poco indiferente a quien no esté tan familiarizado con los héroes de la serie (pese a su acertada independencia argumental). En este aspecto, nos queda pedir que en futuras producciones cinematográficas el protagonismo no recaiga exclusivamente sobre los hombros de Deku, Todoroki, Bakugo y el nuevo personaje de turno y que el resto de héroes habituales no queden como mera comparsa en un papel residual.