Rendir los machos, el singular debut de David Pantaleón, inaugurará la Sección Nuevas Olas del 18º Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Las Nuevas Olas es una de las secciones más emblemáticas y que mejor representan el espíritu del certamen cinematográfico sevillano.
La selección de Las Nuevas Olas, compuesta por 12 películas que se verán por primera vez en España, aporta una sugerente mirada a los retos y desafíos que están hoy en la primera línea del debate europeo, como la inmigración, los refugiados, la lucha a favor de la igualdad real de la mujer, el ascenso de los populismos o la identidad de los pueblos frente a la invasión globalizadora.
Tras acoger los debuts cineastas hoy tan relevantes como Luis López Carrasco, Lois Patiño o León Siminiani, Las Nuevas Olas vuelve a apostar por un director español novel para inaugurar esta selección de títulos. Tras una premiada trayectoria en el mundo del corto, el canario David Pantaleón llega al Festival de Sevilla con el estreno mundial de su ópera prima, Rendir los machos, como película inaugural de Las Nuevas Olas. Ambientada en Fuerteventura, es una suerte de largo viaje a pie protagonizado por dos hermanos que deben ponerse de acuerdo para cobrar la herencia de su recién fallecido padre, un rico ganadero y productor de queso.
El Festival de Sevilla tiene como objetivo promover y difundir la cinematografía europea, estableciéndose como un lugar de encuentro anual para los talentos europeos de cine. Este año tendrá lugar entre el 5 y 13 de noviembre.
RENDIR LOS MACHOS
Una película de David Pantaleón
Un viaje a pie de más de 100 km sobre un yermo desierto con los siete sementales cabríos más reputados de Fuerteventura… y dos hermanos que se odian. Alejandro y Julio son los hermanos varones de los Cabrera, la familia ganadera y productora de queso más respetada al norte de la isla de Fuerteventura. Don Guillermo, el patriarca familiar, y sus dos hijos llevan muchos años sin hablarse. Tras el cisma, el cuidado del padre y del negocio recae en Alicia, la única hija.
Cuando el padre muere, impone una última voluntad en su testamento como condición para que sus hijos puedan recibir la herencia. Alejandro y Julio sienten como un castigo tener que llevar a pie y solos el grupo de machos – los siete sementales mas cotizados de la isla – hasta el extremo sur de la isla, y además regalarlo a la familia históricamente antagonista de los Cabrera.