'Blue Bayou': Te elijo a ti

'Blue Bayou': Te elijo a ti

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Después de participar en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes, llega a las pantallas españolas la nueva sensación de Focus Features; y es que en los últimos años esta distribuidora nos ha traído fascinantes cintas, algunas desconocidas por el público general, véase, por ejemplo: Cómo sobrevivir en un mundo material, Pura sangre o En un lugar Salvaje. Ahora le toca el turno a Blue Bayou, un filme que debiera ser recordado por sus múltiples miradas y focos, su arriesgo (y victoria) a la hora de narrar y plasmar sus ideas artísticas y su denuncia en la pantalla.      

Siempre se dice que la familia no se elige, que es la que a uno le toca. Esto es así en el caso de que no se opte por la vía de la adopción. Hay que decir, en honor a la verdad, que hay numerosos padres que aman y sienten más a sus hijos adoptivos o hijastros que otros que zahieren y abandonan a los de su propia sangre sin ningún tipo de causa y remordimiento. En estos casos, la familia que se elige es preferible a la que a uno le toca. Aunque no siempre es así. Y esto es lo que palpamos en pantalla: un rompecabezas del amor incondicional de un padre hacia la que trata como hija, de ese padre que no quiere cometer los errores del pasado y darle el amor que él no pudo sentir.

Justin Chon traslada y desplaza su pieza a través de diferentes movimientos de cámara (zooms, travellings, cámara en mano…) e íntimos planos, desde los más cerrados hasta los más abiertos, que proyectan con efectividad los sentimientos de sus protagonistas, manteniendo un pulso tan enérgico y vivaz como devastador y estremecedor. Hay que destacar que el cineasta californiano es también el que interpreta al padre protagonista de este trabajo, logrando impregnar en su inaudita dirección el rostro más desgarrador, desesperante y observador de los actores de una forma realmente eficaz y extraordinaria.     

 

En la primera secuencia algunos simplemente verán a una señora en canoa surcando las aguas, otros verán un cuadro en movimiento ubicado en el escenario al que se retorna para llegar a comprender el pasado del protagonista. El azul significa profundidad, y es ahí donde habrá que viajar a lo largo del filme, al pasado más profundo y desolador. Como diría la canción, al lago triste y azul. Y es que esta es una cinta donde se requiere remover el pasado y el presente de las personas (personajes es un término más propio de la ficción, aquí se respira vida y realismo) vistas en pantalla para entender las motivaciones y lo que les mueve a cometer sus actos, por muy arriesgados o cobardes que sean. 

Blue Bayou es hermosa y bella por fuera a la vez que tierna y dura por dentro, es una batidora de sensaciones que calan como un puñal en el corazón del espectador. Esta obra tiene una cierta mirada a Baker, Malick y el cine más indie; Cho alterna a su antojo diferentes estilos con el fin de emitir las emociones que se requieren en cada punto de este camino que vivimos. Y lo consigue con latente ligereza y armonía. El director y actor de este filme también pone en manifiesto el racismo que todavía impera en cierto sector de la policía americana, sacando con ello el lado más frustrante de la película; como también la injusticia de ley hacia las personas adoptadas que han pasado toda su vida en los Estados Unidos de América. Siempre captando con la cámara una mirada de esperanza y desplazándose hacia un latido de desilusión.    

       

En definitiva, para el que escribe estas líneas, Blue Bayou es una obra injusta, observadora, sensible, que no sensiblera, activa pero también contemplativa, tanto en los sentimientos de las personas como por momentos en su puesta en escena. Pero sobre todo es una película con alma y corazón; de esas que se te quedan guardadas en la retina por mucho tiempo.  Finalmente te crea un nudo en la garganta… te rompe por dentro… los ojos se vuelven vidriosos hasta que la lágrima cae. Y es ahí, en ese momento, cuando no te queda más remedio que rendirte a ella. Un magnífico homenaje a aquellas personas adoptadas a las que tuvieron que deportar y de esta manera abandonar su pasada vida. Sin duda, una de las mejores cintas de lo que llevamos de año. Y eso es decir mucho.