Aitor Arregi, José Mari Goenaga y el propio Garaño han presentado en el Festival de San Sebastián La Trinchera Infinita, una radiografía del franquismo que expone el miedo social y físico a través de Antonio de la Torre y Belén Cuesta.
“Cuando piensas en esta historia tienes que pensar en una situación compleja, con mucha ansiedad, el miedo físico y mental hace que no puedas salir de casa“. Así expone Jon Garaño el comienzo de una idea convertida finalmente en La Trinchera Infinita. La película que ha causado gran sensación en el Festival de San Sebastián, es una historia asfixiante en tiempos del franquismo, protagonizada por Antonio de la Torre y Belén Cuesta.
Después de Loreak y Handia, los tres cineastas han compaginado las localizaciones del País Vasco con las de Andalucía, una labor nada fácil ya que han tenido que empaparse de las costumbres andaluzas además de trabajar algunas de las expresiones de la época. “Pensar que rodar en un habitáculo pequeño es sencillo…es un error. No éramos consciente de ello hasta que lo rodamos. Las limitaciones tienen complicaciones técnicas y artísticas para el trabajo del actor“.
Un argumento llevado al límite por las soberbias interpretaciones de Antonio de la Torre y Belén Cuesta. “La Trinchera Infinita es una historia muy potente, en la que se muestra el miedo de muchos seres humanos a ser descubiertos y encerrarse en ellos mismos o en sus propias casas”.