4 Butacas de 5
Y llegó el esperado final. La Calle del Terror te invita a cruzar la esquina del último de sus senderos que ha tenido en vilo a los espectadores de Netflix durante todo el mes de julio. La trilogía de terror en torno a la leyenda de Sarah Fier, llega a su punto final con un espectacular capítulo que pone sobre la mesa la resolución de todo el misterio que ha rodeado a la maldición de ShadySide.
Tras haber recorrido los años 1994 y 1978, llegaremos hasta 1666 de la mano de los protagonistas de sus antecesoras. ¿La razón? Pues porque una vez colocada la mano de Sarah Fier en el lugar que están sus huesos, Deena, viaja hasta la época en la que comenzó la maldición de la maldita bruja para conocer de primera mano todo lo que acaeció para que comenzaran los terribles sucesos de muertes y sangre.
Esta última parte no solo nos ofrece algunos momentos slasher, nos presenta ante todo una historia con un trasfondo dramático en el que la brujería y fanáticos de la Fe, son los grandes protagonistas. 1666, un año en el que lo desconocido era considerado como actos del diablo pero que en el fondo, no eran nada más que simples actuaciones de personas incomprendidas, con ganas de ser libres y dar rienda suelta a sus deseos y anhelos.
La película explica todos y cada uno de los motivos por los que han ido sucediendo los asesinatos en Shadyside, narrando perfectamente la leyenda de Sarah Fier y todo lo que ha provocado su sed de sangre en los largometrajes que se han visto con anterioridad. Es de alabar que, aunque tenga en ciertos momentos alguna similitud al terror visto en algunos films como La Bruja o incluso El Crisol, La Calle del Terror- Parte 3 es una historia de amor y deseos por ser libres.
Todos los interpretes de las anteriores películas aparecen en esta tercera parte que es sin duda la mejor de todas, ofreciendo un giro final que pone patas arriba todos los sucesos que han ido sucediendo. Sin duda uno de los mejores puntos que ha tenido esta trilogía es empezar la casa por el tejado para ir desgranando semana a semana todo lo que sucedía en Shadyside.
A lo largo del largometraje se expondrán diferentes temas en torno a la comunidad rural en la que vive Sarah Fier. Esto sin duda es uno de los mejores puntos de esta tercera parte, no solamente por la profundidad y calado que se les dan a los personajes, sino por la forma de encajar cada uno de los engranajes además de explorar otros temas como los prejuicios en torno a la homosexualidad en la época, la necesidad de anhelos y los orígenes de todo el árbol genealógico de sus protagonistas.
Romper la maldición es esencial para los protagonistas, por ello esta tercera parte juega con nosotros a teletransportarnos de nuevo hacia 1994 para el clímax final y romper por fin la maldición ¿o no?
El guion, la producción y desde luego el entretenimiento que representa, son tres puntos interesantísimos que convierten a La Calle del Terror en una trilogía que va de menos a más. Una apuesta que se disfruta en cada sorbo de sangre que nos regala haciéndonos disfrutar de un pasatiempo que merece la pena ver este verano.