3 Butacas de 5
Tres años después de que Will Gluck (Easy A, 2010) nos trajese en 2018 la primera entrega del carismático conejo que da nombre a esta historia, el director americano vuelve a la carga con una secuela que, a buen seguro, hará pasárselo en grande a los más pequeños y distraerá la mente de los más adultos.
Esta nueva aventura perderá parte del ingenio en sus gags respecto a su antecesora, pero gana en acción, locura y vistosidad; y es que pasamos de una primera película donde reinaba la emotividad y los elocuentes chascarrillos en medio de una granja de pueblo a una actividad desenfrenada y alocada acaecida en la capital londinense.
Podemos decir que dentro de la obra existe un ejercicio de metaficción, pues si bien dentro de la película hay una editorial que quiere dejar de lado la simpleza que caracteriza a los conejos de los cuentos escritos por Bea (la protagonista femenina), transformándolos y añadiéndoles nuevos rasgos para convertir el producto original en algo más comercial con la intención de expandir el universo, Gluck hace lo mismo con su secuela: añade novedosos condimentos (escenarios, personajes, tramas, aventuras…) para dinamizar su contenido, alejarse de la monotonía y captar la atención de un target más amplio. Y, con mayor o menor atino, lo consigue.
Cambiamos la granja del señor McGregor por la gran ciudad, ofreciendo de esta manera la posibilidad de escarbar más a la hora de introducir nuevos elementos y personajes con los que poder sacar partida a este grupo de roedores (mejor no llamarlos así). Gracias a este giro, contaremos con una nueva banda de delincuentes liderada por un conejo adulto que hará cambiar la perspectiva y manera de ser de Peter Rabbit, además de darle gato por liebre. Estos, junto a la familia protagonista y los animales vistos con anterioridad, se verán envueltos en problemáticas y enredos que harán aumentar el divertimento en la sala.
El título que nos ocupa cuenta con una fórmula muchas veces vista en el celuloide, los guionistas no se han comido mucho la cabeza a la hora de elaborar la trama de la cinta, pero esto a los más neófitos no les importará lo más mínimo al contemplar las gamberradas vistas en pantalla. Y, aunque la originalidad brilla por su ausencia, la historia contiene bonitos mensajes didácticos: no te debe importar los prejuicios que la gente pueda tener hacia ti, sino sentirte bien por cómo te valoran tus seres queridos, y que, como en casa, en ningún sitio.
En conclusión, para el que escribe estas líneas, Peter Rabbit 2: A la fuga se escapa de lo rutinario y corre libre en busca de acción, dinamismo y travesuras. Como sucediese en su anterior entrega, estará repleta de secuencias acompañadas de reconocidos temazos por los que al público le entrarán ganas de levantarse de la butaca. Un producto comercial que a ratos desafina, pero que en la mayoría de las ocasiones consigue dar con la tecla exacta para divertir al personal. Cumple con lo que promete y, aunque contiene guiños hacia la primera parte, mejora lo visto anteriormente. Podemos decir que estamos ante el cuento infantil del verano. Madres y padres, este fin de semana ni se os ocurra darles carne a vuestros hijos, llevadlos a degustar los saludables tomates de la huerta de McGregor.