4 Butacas de 5
Separaciones, divorcios, abusos, muertes…nuestra vida puede estar condicionada por múltiples factores externos de nuestra alma terminando por afectar a nuestro desarrollo social. Nada en la vida es perfecto, como tampoco lo es la raíz de un árbol que tardará un tiempo en crecer y que solamente con amor, cariño, agua y sol, puede terminar creciendo para hacerse fuerte y soportar todas las inclemencias externas de la vida.
El tiempo es efímero y está lleno de recuerdos que nos convierten en lo que somos. Aunque el propio paso del tiempo lo pueda curar todo, esos recuerdos de dolor están en la vida y solamente el amor puede curar las cicatrices.
De la vida, la familia, los recuerdos, el dolor y el amor está llena ‘Mía y Moi’, la ópera prima de Borja de la Vega hecha con una exquisitez que solamente el ser humano es capaz de hacer. Con un cuadrado perfecto de interpretaciones, Bruna Cusí, Ricardo Gómez, Eneko Sagardoy y Joe Manjón son los elementos de la vida que conforman el alma del largometraje.
Tiempo, mesura, cariño, dolor, frustración, Borja de la Vega refleja en la película la naturalidad de seguir hacia delante, de encontrar la esperanza en el apoyo de una hermana o en la relación con otro compañero del mismo sexo para tratar de salir hacia delante. El largometraje, estrenado en el D´A Film Festival de este año, es un símbolo de la herencia familiar, de la propia vida, a tratar de subir peldaños en una escalera vital que por más trabas que nos encontremos hemos de tratar de poner solución a los problemas.
Los lazos eternos entre hermanos, aquello de lo que nos cuesta hablar, la violencia de género con la que hemos convivido, todo en la película germina de forma brillante con dos protagonistas excelentes: Bruna Cusí y Ricardo Gómez, interpretando a dos hermanos condenados a cuidarse, a entenderse y mirarse para abrir sus almas y curar las cicatrices. Bruna Cusí, siempre perfecta en todo lo que hace, es el apoyo emocional de un actor como Ricardo Gómez que sigue creciendo proyecto a proyecto y del que nos esperan trabajos memorables para el futuro. Aquello que nos perjudicó en el pasado vuelve a aparecer con la llegada de Joe Manjón, pareja de Cusí en el film y que retrata algunos de los fantasmas del deseo y el dolor que ha reprimido de la felicidad a sus protagonistas siendo Eneko Sagardoy, brillante en su rol, la calma y mesura que Ricardo Gómez necesita también.
A lo largo del largometraje, no dejas de vivir entre la tormenta y la calma, dejándote llevar con sus protagonistas a través de una de las mejores óperas primas que nos trae este 2021. Lo inevitable termina llevando al abismo, a ese donde la muerte y el mismo amor pueden ayudar a cicatrizar el dolor para seguir teniéndose el uno al otro.
Un cuadrado perfecto de interpretaciones en el que el vértice principal de lo inevitable toma sentido gracias a una película perfecta, que no necesita grandes alardes para arriesgarse, lo hace con naturalidad y mucho sentido, el de sus protagonistas llevando el largometraje al infinito.