3 Butacas de 5
Hay muchas maneras en que una película puede hablar de trabajo duro y perseverancia, pero no todas lo hacen igual. Llega a los cines el último largometraje dirigido por Rodrigo García (Últimos días en el desierto, Nueve vidas), una historia donde la drogodependencia y los lazos materno-filiales son los protagonistas.
Glenn Close (Hillbilly, una elegía rural, La buena esposa) interpreta a una madre que intenta salir de un círculo vicioso que crea con su hija adicta cada vez que esta regresa a casa. Un papel donde despliega la capacidad actoral que caracteriza a la intérprete. Mientras tanto, en el papel de la hija encontramos a una Mila Kunis (El espía que me plantó, Cisne Negro) especialmente destacable sumida en un amplio catálogo de drogas.
El largometraje se caracteriza por transmitir la pesadilla que supone esperar unos días para poder inyectarse una sustancia que ayudaría a evitar el “colocón” como paso para abandonar la adicción. El ritmo se centra en hacernos ver esa espera, aunque en algunos tramos podría resultar pesada, como si el montaje no acabara de entender su cometido con las diferentes secuencias que conforman la película.
A lo largo de esta historia se van desentrañando detalles de la relación entre los personajes, bien construidos para que exista esa sensación de brevedad a la par que eternidad; aunque en ocasiones cueste seguir sus razonamientos, tal vez otra de las intenciones del relato.
Con una banda sonora y emocional que se centra en resaltar lo dramático de la situación, se crea un acompañamiento atmosférico donde no todas las piezas fílmicas terminan de encajar, pero sí cumplen su cometido. Si bien no se trata de una película para todos los públicos, puede estar bien para aquellos espectadores que sean seguidores de aquellos títulos basados en hechos reales.
Nos falta información acerca de la relación madre-hija, o de la hija con el resto de la familia; pero se suple en cierta medida con las conversaciones íntimas (y algunas bastante intensas) entre ambas protagonistas. Aunque no se sepa muy bien cómo se ha llegado a cierto punto, podría ser de nuevo la intención que se busca transmitir con el relato: el propio desconocimiento de la madre que no sabe qué ha sido de su hija.
Lo que sí le da un punto a favor es cierta tensión que se provoca en algunos momentos ante la incertidumbre de si consigue o no estar esos 4 días que dan nombre a la película limpia de sustancias nocivas a la par que adictivas.