2´5 Butacas de 5
Las películas biográficas, por norma general, tienen como misión la de mostrarnos los hechos, curiosidades, pasajes, aspectos de una vida o toda la etapa vital de un protagonista. Digo en términos generales porque hay diferentes maneras de representar el trayecto profesional y personal de cualquier personaje relevante.
El Fotógrafo de Minamata parte de la premisa biográfica del fotógrafo W. Eugene Smith, una personalidad de la fotografía de la revista Life que ha convivido con el horror de la guerra a lo largo de toda su trayectoria profesional. Ahora, en 1971, el fotógrafo es preso de sus problemas con el alcohol, ansiolíticos y de terribles pesadillas que le atormentan tras los hechos vividos a lo largo de su trayectoria. Johnny Depp se mete en la piel de Smith, retratando a un ser frío, demasiado plano y en ocasiones sobreactuado. Es cierto que Depp, es considerado un gran actor, aunque es evidente que su vida personal le empieza a pasar factura a lo profesional haciendo que se hable más de su vida fuera de la pantalla que lo que hace frente a ella.
El intérprete tres veces nominado al Oscar es el principal atractivo de una película irregular, lineal y que no sorprenderá al espectador, pero sí que despierta la curiosidad sobre unos terribles hechos que demuestran una vez más la codicia del capitalismo, la falta de empatía con los derechos humanos y el planeta. No es la mejor película de Johnny Depp, es más, el actor es la principal estrella y deja mucho que desear en su interpretación, quizás contagiado por el ritmo del film.
La trama principal de la película traslada a Smith hasta la ciudad costera japonesa de Minamata, un lugar en el que su población ha sido devastada por el envenenamiento por mercurio, resultado de décadas de negligencia industrial. Nuestro protagonista se introducirá en la comunidad, captando con su corazón y cámara todo lo que viven los residentes tratando de demostrar el horror y a la vez su redención con la vida.
Tras las cámaras se encuentra Andrew Levitas, dirigiendo su segundo largometraje y el más ambicioso hasta la fecha. La figura del cineasta ha estado más ligada con anterioridad a la producción y al guion, narrativa de la película también construida por él. El realizado no arriesga en ningún momento, aunque lo más destacado sea el buen pulso que mantiene en algunas escenas de tensión y los planos abiertos en los que el silencio acompaña a sus protagonistas.
Del resto del elenco junto a Depp destacan Hiroyuki Sanada (Mortal Kombat), Bill Nighy (Love Actually) y Minami, siendo el rostro femenino con más fuerza de la película.
En conclusión, El Fotógrafo de Minamata es un largometraje excesivamente plano, lineal y que pese a contarnos unos hechos que despierten mucha curiosidad, la realización monótona termina por contagiar a un protagonista que más que un personaje por momentos parece una caricatura.