2´5 Butacas de 5
Chaos Walking llega a la gran pantalla bajo la dirección de Doug Liman junto con productores con los que ya había trabajado en las mismas películas (Mr. Smith & Mrs. Smith, American Made), Andrew Mondshein en montaje (The Sixth Sense), Ben Seresin como fotógrafo ya reconocido en el mundo de la ciencia-ficción (World War Z, Godzilla vs. Kong) y a partir de un guion adaptado por Christopher Ford y Patrick Ness, sobre la novela The Knife of Never Letting Go, escrita por este último. La banda sonora, bastante funcional, es compuesta por Marco Beltrami (Logan, Ford vs. Ferrari) y Brandon Roberts.
Los dos pilares centrales de la película son Tom Holland (Spiderman: Homecoming, Avengers: Infinity War) y Daisy Ridley (última trilogía de Star Wars), dos figuras de las que se habla mucho últimamente. La tan aclamada presencia de estos dos actores en el cine hollywoodiense del último lustro provocará, sin duda, que la película funcione bien en el público joven. Además, no podemos dejar atrás la presencia de Mads Mikkelsen en un básico y tradicional papel de villano en la historia.
Chaos Walking es una película que parece preparada desde el principio con este fin; desde el comienzo podemos augurar que es la típica película salida de una trilogía de libros con un/a joven adolescente de protagonista que lucha por sobrevivir en una futura distopía, pero, dejándonos llevar, la idea que plantea es curiosa cuanto menos. Una colonia de humanos ocupa un planeta en el siglo XXIII cuya atmósfera provoca que el género masculino (solo en seres “inteligentes”) vea proyectado y escuchado todo lo que ocurre en su cabeza. Esto a veces pone deja ver un recurso muy eficaz, pero no puede sostener una película de dos horas.
El texto en bruto de Ness es original, bastante llevadero y por consiguiente disfrutable. Es ciencia-ficción sencilla, sin complicaciones o quebraderos de cabeza. No obstante, el texto en “neto”, no termina de funcionar del todo.
La película comienza con buen ritmo, avanza bien durante la primera media hora y engancha, el espectador solo espera ver qué secretos nos tiene guardados este nuevo mundo, pero, sin saber realmente qué falla, no parece evolucionar mucho más, y entra en una cierta monotonía cuya trama central no termina de despertar (sin destacar los “reshoots” y problemas con la producción).
Esta historia plantea una ardua tarea de adaptación en un género de películas que exige mucho más dinamismo y nervio narrativo; todas estas nuevas historias caminan sobre una cuerda floja que las pone en peligro de caer en el aburrimiento.
Aunque tiene serias dificultades para ser un gran filme, es francamente entretenida y cuenta con todas las papeletas de convertirse en un buen producto.