3´5 Butacas de 5
Después de su contundente éxito en la cartelera nipona, donde se ha situado como la película más taquillera de la Historia de Japón, llega a nuestros cines Guardianes de la noche: Tren infinito (Haruo Sotozaki, 2020), secuela directa de la primera temporada del anime Kimetsu no Yaiba, cuya licencia en España pertenece a Selecta Visión (al igual que la cinta que nos ocupa) y que podremos ver y adquirir en formato físico en nuestro país próximamente.
Mientras llega tal ansiado momento por parte de los fans del manga, licenciado en España por Norma Editorial y que cuenta con veinte tomos hasta la fecha, podemos disfrutar de Kimetsu no Yaiba: Mugen Ressha-Hen, película que deleitará tanto al fan de la saga como al neófito, pues tiene la inteligencia de poner en antecedentes al público desde el principio, mostrándoles el origen de la aventura en la que se embarcó el protagonista, Tanjiro Kamado, en el inicio del manganime. Su drama familiar, el motor de dicho manganime, cobrará una relevancia palpable en la primera mitad de la cinta, algo que tendrá dos funciones importantes: en primer lugar, no deja al público la sensación de tener la necesidad de haber visto la serie de animación que precede a los acontecimientos aquí narrados, y, en segundo lugar, nos presenta la naturaleza y la personalidad del protagonista, quien antepondrá el continuar con su vida y acarrear con la tragedia que le marcó para siempre a vivir en un sueño idílico perpetuo.
Y es que, aunque el film opta por un ritmo endemoniado (nunca mejor dicho), dejando poco espacio para el respiro del espectador, cuando se torna sosegado,la cinta que nos ocupa nos regala múltiples y edificantes reflexiones sobre la vida y los sueños, dejando a la postre un conjunto más complejo que un mero shonen de batallas entre buenos y malos. Aquí tenemos una película trepidante con muchos enfrentamientos físicos y psíquicos, pero también una oportunidad de extraer lecciones vitales para quien quiera aprovecharla.
En cuanto a la estructura, podemos decir que es un tanto peculiar y que tiene su cara y su cruz: por un lado, se aleja del clásico esquema de este tipo de producciones, presentando una primera mitad más larga y profunda que los inicios de la mayoría de las películas basadas en animes de este género; por otro, nos queda una sensación de que gran parte de la cinta, concretamente el tramo central, es un clímax prolongado durante una hora, dejando un epílogo un tanto abrupto y apresurado. Aunque, la verdad sea dicha, ambos pasajes están protagonizados por, además del divertido elenco habitual, unos villanos que están a la altura de los acontecimientos, poniendo en serios aprietos a los personajes principales y dejando un final que impactará a los fans del manganime.
A grandes rasgos, podemos decir que Guardianes de la noche: Tren infinito es un largometraje muy ameno con unos protagonistas bien definidos y complementarios entre sí y unos antagonistas que harán las delicias de los aficionados al shonen. Si queréis ver una película que aúna con buen tino géneros tan dispares como la comedia, el drama, la acción y el thriller, no os podéis perder la nueva aventura de Tanjiro y compañía.