3´5 Butacas de 5
Casi un año y medio después del estreno de Detective Conan: El puño de zafiro azul, llega a nuestras pantallas por tiempo limitado (queridos fans, no olvidéis acercaros al cine este fin de semana) y en estreno simultáneo con el país nipón (todo un acierto digno de aplauso por parte de su distribuidora en España: Alfa Pictures) la nueva aventura del detective más famoso de la animación japonesa: Detective Conan: La bala escarlata, otro trepidante film protagonizado por los personajes creados por el mangaka Gôshô Aoyama.
Si el anterior film del ingenioso Conan Edogawa suponía el debut en el cine por parte de la directora Chika Nagaoka, en esta ocasión estamos ante una nueva incursión por parte de la cineasta en la longeva franquicia (no olvidemos que la serie televisiva Detective Conan cuenta con más de mil episodios). En honor a la verdad, quien escribe estas líneas no ha encontrado en esta ocasión una mejoría con respecto a su antecesora (algo que sí ocurría en El puño de zafiro azul en comparación con El caso Cero), pero sí podemos decir que mantiene el nivel actual de la saga en cuanto a animación (en este aspecto, combina perfectamente un despliegue visual moderno con los trazos propios de los inicios de la serie-sobre todo en los flashbacks-) y a intriga, dejándonos el recurrente guionista de la saga Takeharu Sakurai un libreto tan interesante en su propuesta como inteligente en su ejecución, manteniendo expectante al público en todo momento y regalándonos unos giros de guion (tan habituales en la serie) que sorprenderán al más atento de los espectadores.
Y si el escritor Takeharu Sakurai es uno de los guionistas más habituales del serial nipón, lo es aún más el músico Katsuo Ohno, que nos ha acompañado desde el inicio del anime en su labor de llenar de emoción cada una de las hazañas del joven Conan a través de sus melodías. Así pues, aquí volvemos a tener una música que llena de epicidad las escenas más frenéticas y dinámicas y que casa a la perfección en esa alternancia de géneros (comedia, drama, thriller, acción…) que mantiene la obra también en esta entrega. Y es que, como vemos, muchos de los ingredientes que han convertido a Detective Conan en un éxito persisten a lo largo de las múltiples películas con las que cuenta la saga (esta es la vigesimocuarta). Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo? Eso han debido pensar los productores de Detective Conan: La bala escarlata, una cinta que mantiene el mismo esquema narrativo que las anteriores películas del serial (esto es: el crimen de turno + los sospechosos + unos giros argumentales que conducen la acción y las expectativas del público a otra dirección + la resolución del caso + final abierto para otra entrega), pero que, debido también a este conservadurismo y gracias a su ritmo in crescendo y su fidelidad al espíritu de los personajes (guiño a los próximos Juegos Olímpicos incluido), deleitará a los numerosos e incansables aficionados de las aventuras y desventuras de Conan, el grande y a la vez tan pequeño detective que permanecerá siempre en nuestro kokoro.