3´5 Butacas de 5
Billie Holiday fue una vocalista de jazz que dejó huella en todo el mundo a través de su obra y su labor por la reivindicación de los derechos de la comunidad afroamericana en Estados Unidos. Un personaje conflictivo que destroza aquello que más ama y se aferra a aquello que más le daña. La cantante de gardenias en el cabello es interpretada maravillosamente por la cantante y actriz Cassandra Monique Batie, también conocida por su nombre artístico, Andra Day. Su papel como Billie Holiday ha sido reconocido con un Globo de Oro y una nominación a los próximos Óscar. La artista se sumerge en este personaje víctima de abusos, engaños, adicciones y persecuciones policiales, dando vida a una mujer atormentada, pero de acciones sinceras, fuerte, valiente y, a la vez, atrapada por su propia mente, aterrada del silencio.
En la América racista de los 40 y 50, la adicción de la protagonista a los narcóticos es la excusa perfecta que el Gobierno emplea para justificar su persecución y así poder frenar su influencia en el Civil Rights Movement que comenzaba a tomar forma. El dolor, la soledad, la dependencia y la mentira son grandes temas en este filme y su tono se encuentra entre la amargura y la dulzura, fruto de combinar una dura historia con escenas llenas de belleza. Su narrativa deja lugar a la esperanza y el deseo del cambio, su mensaje brilla, pero su forma es oscura y retorcida. Entre todo ello, la película deja un lugar para los vivos colores del amor, la amistad y los fugaces momentos de felicidad.
Tras una muy acertada presentación de la protagonista, a través de una conflictiva entrevista, el guion atraviesa múltiples tramas y tonos que se entremezclan para ofrecer una visión subjetiva de la realidad de la cantante. El ritmo, la música y la fotografía representa en todo momento el estado de la protagonista. Hay momentos en los que el relato se deja caer en dispersas y confusas secuencias que solo trabajan a favor de transmitir la evolución de Billie. El largometraje tantea en su forma como lo hace la artista en su camino. Se muestran vagas pinceladas de emoción sobre un fondo mucho más complejo, transmitiendo la experiencia de la protagonista como si de un desordenado recuerdo se tratase. Juega con el teatro, la coreografía y la fotografía para dar forma a sus experiencias más íntimas, acercando al espectador a la historia a través de diversos lenguajes, pero siempre apuntando a la emoción y la empatía.
El eje central de la película es una canción que no se deja escuchar hasta pasado más de la mitad del metraje. Se ocupa de crear un creciente deseo en el espectador por escucharla. Un sonido puro, una voz intensa, y un mensaje muy directo que llega al público para superar sus expectativas. Strange Fruit llega al fin a sus oídos y sus palabras son pura emoción. Una amarga poesía sobre los linchamientos a afroamericanos cuya fuerza fue realmente revolucionaria, el mensaje de Billie ayudó a sanar y a concienciar y la controversia alrededor de esta canción solo aumentó su fama.
Como esta, el resto de canciones interpretadas por Andra Day llenan la pantalla de vitalidad y poesía. Son la obra de la protagonista y su belleza llega al espectador sentado en la butaca como llegó en su momento al enamorado público de los clubs de jazz.
Los Estados Unidos vs. Billie Holiday es un filme lleno de emoción, una historia amarga que merece ser contada, un mensaje que debe ser recordado y, sobre todo, una obra reivindicativa que sumerge al espectador en la belleza de sus imágenes y su música.