3´5 Butacas de 5
Trabucos y navajas. Nobleza y bandoleros. Reales o la horca. La serranía española todavía conserva el aroma de las gotas de sangre de aquellos que luchaban por destino y honor. La libertad es efímera según el momento histórico que le haya tocado vivir al ser humano. Ha habido épocas en las que era imposible cuestionarla. Bajo los yugos de la monarquía o la iglesia, se vertieron ríos de sangre de aquellos que ansiaban con ser libres y que la única manera de arreglar su destino era por un puñado de reales y el filo de su navaja.
‘Libertad’ es el nuevo trabajo de Enrique Urbizu, un proyecto que llega a los cines y a la vez en formato serie bajo demanda en Movistar +, reflejando una época en la que el honor de los hombres se buscaba en favor de la libertad, un puñado de reales o una vida al galope. La España del Siglo XIX, dolida por su enfrentamiento ante los británicos, en la que los nobles acaudalados imponían sus leyes mientras que en zonas rurales existía la ley del trabuco, en la que los grupos de bandoleros y escopeteros buscaban su justicia y destino. Una historia en la que no había sitio para todos y todavía menos para los traidores.
Urbizu, a través de un western rural y dramático, que huele a pólvora y sangre, relata la vida de Lucía La Llanera (Bebe), quien tras ser conducida al patíbulo e indultada en el último momento, busca su lugar en el mundo junto a su hijo Juan (Jason Fernández) nacido en prisión, deseando ser libres. Los dos serán perseguidos por El Aceituno (Isak Férriz), un célebre bandolero que busca unos ansiados reales, El Lagartijo (Xabier Deive), padre del Juan hijo de La Llanera, Luis Callejo el Gobernador y Pedro Casablanc como Don Anastasio. Un relato de persecuciones, traiciones e ideales que se resolvían de forma rápida y versos bucólicos de una vida en la que la navaja era el destino. Junto a ellos encontramos también a John (Jorge Suquet), un caballero inglés que llega a España para conocer la leyenda La Llanera y dar voz en los libros a su historia.
Rodada en su totalidad en paisajes exteriores, la fotografía de la película es exquisita, observándose constantemente el contexto de la serranía, la dehesa y la naturaleza, para ofrecernos su lado más salvaje y la perdición de unos hombres que buscaban su propio beneficio.
Las interpretaciones casan perfectamente con el contexto, siendo Isak Férriz el mejor de un proyecto con un rol visceral, ético con sus propias leyes y los reales, y con unos ideales que, aunque no se consiguieron, tiene ecos de contemporaneidad. Los diálogos son de lo mejor, no solo por la calidad del elenco sino por la propia formación del lenguaje, digna de la época y con las que se palpa una musicalidad sacada de un alma desgarrada.
Bebe vuelve a hacer sus pinitos como actriz, en un papel que lleva la esencia de la necesidad de ser libres. Una interpretación oscura, protectora de lo que más se ama en la vida, el hijo, y cansada de un mundo en el que todo lo noble se ha corrompido a excepción del amor.
Una película visceral, llena de excelentes diálogos y con la que el espectador podrá disfrutar en cines a través de un largometraje con mucho ritmo, interpretaciones muy bravas y el regreso de un cineasta que nos brinda siempre lo mejor. Libertad además se podrá disfrutar al completo desde el viernes 26 de marzo desde el sofá de casa, con un montaje también en formato serie.
Urbizu además no solo refleja el dolor de una época que buscaba libertad o que huía de la opresión, la figura del bandolero traspasa la pantalla no moldeándola simplemente en la figura del pillaje o el robo. Su construcción está basada en la de unos hombres que huían de la opresión, que veían como los gobernantes o terratenientes les arrancaban sus tierras teniendo que echarse al campo para buscarse la vida.
El guion de Miguel Barros y Michel Gaztambide es como el secreto de todo buen plato, convirtiendo el proyecto en una captura de la definición de libertad, la claridad de los sueños en los personajes de una época que deseaba caminar bajo el dominio de su propio destino.
Es admirable como el espectador se deleitará a través de la picaresca, el uso de los motes, y las habilidades físicas y mentales que el guion de la película y serie les da a sus personajes convirtiéndoles en los elementos de una poesía rural que se disfruta sorbo a sorbo.
Bien es cierto que Libertad funciona mejor como película, dotando a la historia de más ritmo y mejores transiciones, aunque las dos formen un círculo completo con la que se disfruta de principio a fin. Quizás quien busque una serie que vaya al galope a los nuevos tiempos se puede llevar un chasco, pues Libertad es un trabajo que se goza con la mecha que prende a fuego lento todo lo de Urbizu.
Limpiad la pólvora de vuestros trabucos y adentraros desde el próximo 26 de marzo en la serranía a través de los versos de la serranía, las corrientes bravas y los sonidos de un ambiente hostil que ansiaba su libertad en cines o a través de Movistar +.