4´5 Butacas de 5
¿Cuántas veces habremos vibrado con una buena historia de aventuras de acción real? ¿Cuántas veces habremos soñado con ser un noble guerrero capaz de salvar la vida de alguien mientras disfrutábamos de los acordes musicales de la película? Estas preguntas tienen una fácil respuesta cuando uno disfruta de Raya y el último dragón, la nueva película de Walt Disney Pictures y que llega a los cines el próximo viernes 5 de marzo.
Los estudios Disney, conscientes de que la pandemia mantiene todavía muy alejados a la gran mayoría de espectadores de los cines, ha vuelto a poner en práctica la misma fórmula que puso en marcha con Mulán, es decir, el nuevo largometraje de animación también estará disponible en Disney + con coste adicional de acceso premium.
Tras haberos comentado las maneras de ver el nuevo largometraje, toca centrarnos en la película, film que ya os digo honestamente que es una bocanada de aire fresco en estos primeros meses de 2021, ofreciéndonos no solo un espectáculo visual de animación, también una historia de aventuras, llena de heroicidad y épica en la que toda la familia disfrutará como nunca.
Dirigida por Don Hall y Carlos López Estrada, la historia nos narra la vida de Raya, una joven que busca unir a su reino con la ayuda de Sisu, el último dragón del ficticio territorio de Kumandra. ¿Y qué es Kumandra? Pues el distópico territorio de la película que se vio dividido en diferentes lugares tras la sed de codicia humana. Y es que el espectador se introducirá en la película desde el principio, cuando la propia Raya nos cuenta que hace mucho tiempo, en el reino de fantasía de Kumandra, los seres humanos y los dragones convivían en armonía. Ocurre que cuando unas siniestras criaturas que amenazan la tierra, los dragones se sacrificaron para salvar a la humanidad, separándolos en cuatro tribus. Ahora, 500 años después, esos mismos monstruos han regresado y Raya, una guerrera solitaria, tendrá que encontrar al último dragón para acabar para siempre con los Druun. Sin embargo, a lo largo de su aventura épica, comprenderá que se necesita algo más que la magia de un dragón para salvar al mundo, también necesitará confianza.
Lo más destacable de la película no solo son los mensajes, personajes o música, principalmente es la animación. Los diseños de los personajes casi reales, los pequeños y minúsculos detalles de cada uno de ellos, hacen que nos emocionemos y en muchos casos acabemos al borde de las lágrimas de emoción.
Los personajes son también un elemento de oro puro de la película. Tanto Raya como Sisu (con la voz original de Awkwafina) son un verdadero espectáculo de aventuras, amor, amistad y humor. Sobre todo Sisu, una entrañable dragona que hará disfrutar a todo el mundo con su ternura y alegría.
Si los personajes y la animación funcionan, la película nos brinda también algunas espectaculares escenas de acción. Porque el film no es una simple película familiar, es pura heroicidad que en muchos casos nos puede recordar a la propia Mulán de acción real por el enfoque de acción sin perder obviamente la esencia tan brillante de la animación.
Otra de las cosas que me han gustado, ha sido que las protagonistas son puro corazón, tesón y la voz de la épica, poniendo de manifiesto la importancia de romper con las reglas a las que siempre hemos estado expuestos desde siempre con la figura del intrépido guerrero como protagonista.
Recuerdo haber leído algo referente a que John Wick, inspiró la película y francamente, no van desencaminados porque algunas de las escenas son brillantes.
La música de James Newton Howard pone la guinda al pastel en lo concerniente a las emociones. El compositor nos regala una partitura que agarra el corazón con las manos y perfectamente sincronizada con cada escena.
En cuanto al mensaje de la película es también muy necesario en estos tiempos donde parece que el egoísmo, codicia e insolidaridad se ha apoderado de nosotros. Raya y el último Dragón pone de manifiesto que es necesario ayudarnos, sacrificarnos por los demás para que la luz y el amor sigan entre nosotros.
Raya y el último dragón es la pura esencia de la heroicidad, brindándonos una película brillante, llena de aventuras, épica y con un mensaje mucho más necesario de lo que pensamos.