¿Cuántas veces hemos visto distopías en el cine? Son demasiadas como para contarlas. Lo mejor es que la hemos visto en todos los géneros: en el de ciencia ficción (con películas como Blade Runner o Matrix); en el drama (como en La naranja mecánica o V de Vendetta); o incluso en el género más adolescente (con sagas como Los juegos del hambre o Divergente). Sin embargo, creo que nunca he visto una distopía tan tremenda y cruda como la que realiza Michel Franco en Nueva orden, su nueva y desgarradora obra.
Nueva orden nos sitúa en la boda de una familia de clase alta, un día que tiene todas las papeletas para ser perfecto. Unos novios guapísimos, unas familias dispuestas a unirse, y mucho, mucho dinero y lujo. Todo eso se verá truncado cuando unos inesperados invitados lleguen a la casa y decidan tomarse la justicia por su mano. Todo esto se ve desde el punto de vista de la joven novia protagonista y sus queridos sirvientes, que verán como ni la clase social, ni el dinero, ni la pobreza, les ayudará a librarse de las consecuencias de este nuevo orden instaurado en México.
Primero, hay que comentar la manera en la que Franco decide contar esta historia. Nueva orden es una película extremadamente cruda, llena de violencia y salvajismo, que no da lugar a la tranquilidad o a la piedad. Tal y como sería este orden instaurado en el país americano, la película juega con la tragedia, la violencia, y la desigualdad para crear un cuadro grotesco, sangriento y tremendamente injusto. Su brutalidad no es apta para los más sensibles (a un servidor le costó mantenerse dentro de la película), y puede que se pase de la raya a la hora de reflejar ese distópico mundo. Sin embargo, ¿acaso hay algo positivo o justo en un régimen fascista? Obviamente no, y la cinta decide hacerte partícipe de ello.
Está claro de lo que habla Nueva orden, no hace falta hacer un croquis para entenderla. Más allá de su iracunda faceta, Franco reflexiona acerca de la diferencia de clases, en un ambiente en el que nadie saca nada positivo. Siempre solemos pensar que, en las distopías, una clase social se impone por completo sobre la otra. Sin embargo, aquí todo el mundo sufre, independientemente de su clase social o de su cuenta corriente. Y tal vez por eso su reflexión es incluso más amarga e interesante: ¿acaso hay ganadores en este “nuevo orden”? ¿hay beneficiarios reales de este sangriento caos? Una consideración de lo más curiosa y triste.
Además, podemos ver que la película cuenta con un ritmo de lo más extraño. Por un lado, gracias a la cantidad de sucesos que van viéndose en la gran pantalla, parece que la película va a toda mecha, y no se para a pensar en las pulsaciones del espectador. Por otro lado, la historia se toma su tiempo para dejarte sufrir, inquieto ante las escenas que vemos en el film. Nueva orden es el típico tren que parece que va a toda mecha, pero en realidad estás contando los minutos para bajarte y llegar a tu querido destino.
¿Qué es lo que más nos aterra de Nueva orden? Que por mucho que sea ficción, no estamos tan lejos de llegar a ese punto. Una película implacable, política y llena de momentos que te harán contener la respiración ante escenas tan gore como trágicas y perturbadoras. La trama no puede dejar de ser interesante a la par que poco original (¿cuántas veces hemos visto estos eventos sociales en los que todo se va al garete?). Sin embargo, Franco le da una vuelta para contarnos una fábula terrorífica sobre el fascismo, la desgracia y la injusticia social. Un guion en el que ningún personaje está a salvo.
Por último, no podemos dejar de hablar del excepcional trabajo del reparto. Sobre todo, quiero recalcar el tremendo trabajo interpretativo que hacen actores como Fernando Cuautle, Dario Yazbek Bernal o Diego Boneta (al que siempre está bien ver fuera del ambiente hollywoodiense). Los tres actores resultan convincentes y notables, pero no están a la altura de Naian González Norvind, quien realizar un trabajo duro, sin contemplaciones, lleno de ira y terror. Una de esas interpretaciones que dejan huella, y uno de esos personajes en los que no podrás dejar de pensar.
En conclusión, Nueva orden es el terror de la sociedad actual llevado al extremo. Una distopía cargada de violencia, dolor, injusticia y sadismo, con una importante reflexión sobre la lucha de clases y el papel de cualquier estrato social dentro de un nuevo orden fascista, que coarta las libertades de su pueblo. Una película ambiciosa en la que Franco saca la artillería pesada, dándonos un festín de brutalidad y sangre que dejará con mal cuerpo a más de uno. Naian González Norvind está increíble.