3 Butacas de 5
A todos nos gustan los monstruos; ya sean los clásicos, los lovecraftianos o los de Pixar. Pueden representar todos nuestros miedos, pero, por algún motivo, siempre deseamos que estén allí. De alguna manera, se han convertido en una agradable compañía. Este es el espíritu de la película EL PEQUEÑO VAMPIRO, una adaptación familiar de las historias de Joann Sfar para los espectadores los más jóvenes.
En la película seguiremos la estela de Vampir, un pequeño niño que ha tenido 10 años durante los últimos 300 años. A pesar de vivir en una casa encantada con un alegre grupo de monstruos, se aburre enormemente. Pronto conocerá a un niño humano, Miguel, pero rápidamente su amistad llamará la atención del aterrador Giboso, un ser que ha estado persiguiendo a Vampir y su familia durante siglos para vengarse.
Tras cinco minutos de metraje, ya ves que el ritmo de la película va a ser frenético. Todo va a ir a toda velocidad, hasta el punto que llega a extrañar que los personajes no se queden sin aliento. Se comprende que, al ser una cinta para público infantil, no hay que dar espacio al aburrimiento, pero se hubiera agradecido un poco de aire para una fluidez más realista.
La animación es realmente agradable. El director ha conservado muy fielmente la base estética de la obra original. A pesar de que todo es más luminoso y suave que la obra original, se nota el cuidado y el mimo que le han dedicado a cada escena. Los escenarios están especialmente mimados y el nivel de detalle resulta sorprendente.
El dualismo entre la profundad de la trama y la infantilización es constante. Son muchos los momentos en que la historia y sus personajes están a un nivel digno de la mejor película de terror y de aventuras, pero, sin previo aviso, vuelve a mostrar su cara más infantil. Este el mismo juego que usa el tenebroso comic en el que se basa, aunque puede que esta película se haya pasado en “colorear” y edulcorar su trama de monstruos.
En conclusión, El Pequeño Vampiro presenta una estupenda entrada de año a todos los pequeños que quieran hacer una escapada a las salas de cine. Una película llena amistad y tiernos mensajes para los más pequeños y un montón de sutiles guiños al cine clásico para los adultos más cinéfilos. Esta historia llena de ternura, acción, humor y monstruos es la guinda para el día de reyes.