4 Butacas de 5
Allá en 2005, la directora y guionista Miranda July dejaba su impronta en el Festival de Cannes logrando la cámara de Oro por su ópera prima Tú, yo y todos los demás, título que también destacó en su paso por el Festival de Sundance, consagrándose con el Premio Especial del Jurado. Tres lustros después, la cineasta estadounidense nos trae su último estreno sin perder un ápice de su pristinidad.
La familia protagonista vive en su mundo, en un mundo ideal para los maleantes y ladrones que habitan en este planeta gracias a la delincuencia y los tejemanejes que tienen entre manos (hurto de correo, intercambio de vales de masajes, cupones…), de un modo independiente y sin ningún tipo de pudor alguno. La manera de actuar de Theresa y Robert y la de su hija Old Dolio nos hará reflexionar sobre la forma de vida que podríamos llevar a cabo en un territorio capitalista.
Lo que hace especial al trabajo de July es la mirada diferencial y singular reflejada en su obra, convirtiendo el lado oscuro mundano en un color de rosas. El foco indie de la cinta tiñe de brillantez esta comedia original y excéntrica y saca sus estrambóticos ideales a la luz. En ciertas partes del film, gracias a la gama malva asignada, se logra encuadrar una fotografía tan hermosa como efectiva.
En esta película se colorea la parte dulce con tonos pastel y se camufla la amargura de la situación con el desahogo de una transparente Evan Rachel Wood, una actriz que consigue con su insignificante actitud todo el significado de este colorido espectáculo. El lado de necesidad y su aspecto más plutócrata se complementan en una tramada bisectriz, finalizando por juntarse en el mismo punto del vértice.
Falsa y superficial. Así definiría este crítico Cómo sobrevivir en un mundo material. Una falsedad y superficialidad maravillosa. Términos que conectan el tono de la película con el retrato de la sociedad de hoy en día, pues vivimos en un mundo fingido en el que solo importa la imagen que damos. En el título que nos concierne, se baila a los traumas del pasado y se desfoga con el amor propio y la liberación de conciencia, siendo los diálogos y movimientos de la protagonista los que muestran su lado más intimista.
En definitiva, para el que escribe estas líneas, Cómo sobrevivir en un mundo material es el título que todo amante del cine indie está esperando este año. Se respira una atmósfera Sean Baker. Su reparto es tan exagerado como afectuoso. Uno de los estrenos más originales y pomposos de 2020.