Un año más, nuestra capital acogía este festival tan maravilloso como necesario, donde se han dado cita figuras profesionales y representantes del sector cinematográfico. Mujeres que se dedican a él y buscan dar visibilidad a estas autoras, directoras y trabajadoras.
Como en ediciones anteriores, varias sedes por toda la ciudad han puesto sus instalaciones a disposición del festival de manera que la prensa y quienes tuvieran interés podían asistir tanto a las proyecciones como a las charlas y debates donde asistían las profesionales del medio. Además, han contado con la plataforma online FILMIN, donde han estado disponibles para los suscriptores algunos de los títulos, tanto de esta edición como de la anterior; dando así más visibilidad al festival y aportándole un lado más online.
No olvidemos que se trata de un festival internacional, en el que podemos disfrutar de la presencia de piezas audiovisuales de países de todo el mundo. Me gustaría señalar que es una manera única y mágica de poder conocer otras culturas y sociedades; podemos acceder a una visión tanto artística como veraz del contexto sociocultural o histórico de ciertos lugares gracias a los discursos audiovisuales generados por las directoras que se presentan al festival.
En esta edición se contabilizaban 9 secciones, entre ellas la competitiva o las dedicadas al cine de geografías concretas como Polonia con títulos como Zelazny most (El puente de hierro, Monika Jordan-Młodzianowska, 2019); o Suecia con Dröm Vidare (Más allá de los sueños) Rojda Sekersöz, 2018). También se habían seleccionado una serie de obras españolas, entre ellas La Inocencia (Lucía Alemany, 2019) o Violeta no coge el ascensor (Mamen Díaz, 2019). No olvidemos la sección de directoras árabes contemporáneas, donde encontrábamos títulos como Un diván en Túnez (Manele Dabidi, 2019) o Papicha, sueños de libertad (Mounia Meddour, 2019), ambas tratadas en la web de Butaca y Butacón.
No olvidemos la entrega de premios: a Trayectoria Profesional, Mejor Película y Mejor Película Española. El primero de ellos fue otorgado a la sonidista Eva Valiño, que ha trabajado en películas como La boda de Rosa. La ganadora a Mejor Película fue para The Orphanage de Shahrbanoo Sadat. Y en cuanto a Mejor Película Española, Rol & Rol de Chus Gutiérrez.
Algunas de las películas que, personalmente he podido visionar son las siguientes: Aurora (Miia Tervo, Finlandia, 2019), El agente topo (Maite Alberdi, 2020, Chile, Alemania, España, Holanda, EEUU), La última primavera (Isabel Lamberti, 2020, Holanda y España), El orfanato (Shahrbanoo Sadat, 2019, Afganistán), Aga’s House (Lendita Zeqiraj, Kosovo, 2019), The House of Us (Yoon Ga-eun, Corea del Sur, 2019), History of Love (Sonja Prosenc, Eslovenia, 2019). Todas ellas con un nivel visual, narrativo y actoral que las convierten en buenas piezas audiovisuales y muy disfrutables.
Aunque es verdad que tenía mis favoritas:
- La finlandesa Aurora de la directora Miia Tervo (Force of habit) nos cuenta la historia de una joven que no sabe llevar de la mejor manera ni su vida ni su papel en ella, y paralelamente, la de un refugiado que busca la manera de poder darle una vida digna a su hija en ese país. Enternecedora y dura a partes iguales nos van desentrañando un relato romántico, realista y, en ocasiones, irónico donde vemos matices muy vivos.
- The Orphanage, de la directora Shahrbanoo Sadat (Wolf and Sheep), nos narra desde la perspectiva de unos niños la situación bélica en Kabul a finales de los 80. Realidad, política, imaginación y amistad son algunos de los ingredientes principales de este largometraje, que además implementa escenas a lo Bollywood totalmente acertadas.
- La directora Lendita Zeqiraj nos trae Aga’s House con un trabajo de guion admirable que te da tanta información del mundo interno de los personajes y del contexto en el que se encuentran. Un grupo de mujeres y el hijo de una de ellas están refugiadas debido a la guerra de los Balcanes. De nuevo, vemos fragmentos testimoniales del horror que hay en el mundo, horror que se intenta superar con los compañeros que encontramos.
- Por último, me gustaría comentar El agente topo de Maite Alberdi; por lo curioso del formato. Nos encontramos con una mezcla entre ficción y falso documental, el que contratan a un señor muy mayor para hacer de detective en una residencia de ancianos. Es una buena película para que nos demos cuenta de ese mundo interno de las residencias y cómo lo viven los ancianos.
Así pues, un año más no defrauda el Festival de Cine por Mujeres. Nombres para conocer y seguir su trayectoria, una manera de ampliar nuestro conocimiento del cine actual dirigido por mujeres y, por supuesto, darle la visibilidad que debería tener.