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La historia del Génesis forma parte de la vida. La creación del hombre y la mujer, a través de Adán y Eva, es uno de los capítulos más conocidos por los seres humanos. La narración de la vida del primer hombre y la primera mujer que fueron enviados a la tierra para poblar. Probablemente, este ejercicio pueda ser interpretado como la primera semilla del cine, porque el séptimo arte se centra en eso, en historias y creación.
Y es que las creaciones del hombre están llenas de fenómenos excelentes. Desde la luz, el teléfono, la radio, la escritura, la televisión y el cine. Los creadores de estos de estos avances son incluso pecadores. Ya lo narró Juan en el libro sagrado, versículo 8: -7 cuando Jesús dijo: “Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. Y es por esto mismo que nadie está libre de la tentación. Claro que hay tentaciones que son un milagro, y el cine es sin duda una de las mayores creaciones que se han hecho.
Álex de la Iglesia es otro creador que a lo largo de su filmografía sigue confesando a los espectadores su penitencia y pecados: Amar al cine y sentirlo. Lo hace con películas, proyectos, series… y lo ha vuelto a ejecutar con su nuevo trabajo 30 Monedas, serie que llega el próximo 29 de noviembre a HBO.
30 monedas es sin duda una de las mejores creaciones del cineasta. Un trabajo en el que están todos los ingredientes que han convertido a Álex de la Iglesia en uno de los mejores realizadores, creadores y verdaderos artistas del panorama nacional con sus proyectos. Un trabajo made in De la Iglesia, con todos los deliciosos ingredientes que le definen además de homenajear incluso a la propia historia del cine español.
Todo en 30 Monedas cobra sentido a medida que avanzan los ocho episodios. El suspense, la intriga, el terror, la locura, la comedia…Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría han escrito una oda perfecta de aquello que han querido plasmar desde hace años. Dirigida al completo por De la Iglesia y escrita junto a su guionista de cabecera, Guerricaechevarría, la serie nos traslada al corazón de un pueblo (Pedraza) en el que comienzan a acontecer extraños sucesos relacionados con el mal y con el sello tan bizarro que ha caracterizado al realizador vasco a lo largo de toda su filmografía.
Protagonizada por un reparto coral en el que están Megan Montaner, Miguel Ángel Silvestre, Eduard Fernández, Manolo Solo, Macarena Gómez, Javier Bódalo, Pepón Nieto y Cosimo Fusco entre otros, Álex de la Iglesia se ha rodeado de un grupo de intérpretes que se dejan la piel en cada uno de los episodios además de contar con la aparición de otros personajes interpretados por Carmen Machi, Jaime Ordóñez y Francisco Reyes. A todos ellos y muchos más que por giros de la serie no contaré, el realizador les da su espacio porque si algo tiene este proyecto, es que cada capítulo forma parte de una pieza en el que los engranajes terminan encajando.
Durante los primeros episodios, el espectador no solamente disfrutará de un hilo argumental general, cada capítulo forma parte en sí de una historia centrada en un aspecto: ya sea un extraño parto, un espejo misterioso o una densa niebla. Comprenderán que no voy a detallar ciertos aspectos específicos para no romper la magia al espectador, pero solamente tendrán que sentarse y paladear capítulo a capítulo hasta entender toda la magia que nos brinda 30 Monedas.
Todo el reparto está muy bien bien en líneas generales, aunque he de destacar principalmente la labor del trío protagonista, muy especialmente las de Megan Montaner y Eduard Fernández. El actor se mete en la piel del padre Vergara, un párroco con un oscuro pasado y reticente a descubrir lo que acontece, aunque no le quedará más remedio que buscar la redención. Megan Montaner por su parte encarna a la veterinaria del pueblo, otro personaje que va de menos a más y nos deleita además en ciertos momentos con el talento de la actriz.
Miguel Ángel Silvestre por otro lado sorprende con un rol que hasta ahora no habíamos visto. El de un alcalde de pueblo, más comedido y sobrepasado por todo lo que ocurre en la narrativa. Un papel novedoso en su trayectoria y que cumple a la perfección.
Quiero detenerme en otros miembros del reparto que también son parte de la sensación del espectáculo. Manolo Solo, Javier Bódalo, Pepón Nieto y Carmen Machi. Mientras que el primero afronta el rol de vis misteriosa, su exquisita manera de hacerlo lo vuelve a consagrar como uno de los grandes intérpretes que tenemos. Lo mismo ocurre con Javier Bódalo, el joven actor, recuperado por Álex de la Iglesia, está sensacional en el papel de Antoñito, el típico personajillo de pueblo, con una sensibilidad y locura extrema que el intérprete borda. Pepón Nieto sigue haciendo valer el gran talante que posee y experiencia en la pantalla con un rol lleno de bondad y mucha seguridad.
Por parte de Machi, a pesar de que su papel sea reducido, su aparición es una de las grandes sensaciones de la serie. Carmen Machi es sin duda una de las mejores actrices que tenemos en España y este año junto al papel que aquí representa o el que ha hecho en Escenario 0, se consagra como una de las mejores veteranas con las que hay que quitarse el sombrero. Comedia, drama e incluso terror, Machi es una de las excelentes damas que hay.
La fibra más emotiva del proyecto también la ha sabido recrear Álex de la Iglesia porque todo lo que rodea al pueblo, tiene esa faceta histórica de nuestro cine, del maestro José Luis Cuerda e incluso Berlanga, con unos personajes histriónicos y situaciones con guiños a algunas de sus películas más importantes.
Nadie está a salvo en este trabajo ni siquiera la iglesia y parroquianos. A los que se les hace una crítica excelente por todo lo que acontece en los discursos. Quizás los más sensibles con este apartado se sientan un poco tocados, pero ya saben “nadie está libre de pecado“. Los créditos, con la música de Roque Baños, es uno de los mejores trabajos de apertura que se han hecho en nuestro cine.
30 monedas es la serie más ambiciosa del año, poniendo sobre la mesa una mezcla de géneros brutal que sacan lo mejor de nuestro cine a través de unas interpretaciones que se contagian de la deliciosa locura y pasión de Álex de la Iglesia.