4 Butacas de 5
Las historias de casas encantadas siguen enamorando a todo el que se sienta a disfrutarlas. Puertas que se abren sigilosamente, sombras que caminan en la noche, figuras que se tornan en muerte o las tímidas risas infantiles en mitad de la noche. Todo forma parte del espectáculo sobrenatural, una realidad que aunque creamos que no existe forma parte de la muerte, un proceso más de la vida.
La Maldición de Bly Manor es el regreso de Mike Flanagan a su hábitat natural: el terror. Tras la excelente Maldición de Hill House, el realizador regresa con una nueva temporada de su creación antológica para adentrarnos en las puertas de Bly Manor, una casa que respira y siente a través de sus habitantes y que llega el próximo 9 de octubre para erizarnos de nuevo la piel.
Si algo bueno tiene el producto de Flanagan es que vive extraordinariamente bien de los traumas de sus protagonistas. Porque aunque la muerte camine entre las sombras, y de muestras de ello a través de fantasmas, son los vivos los que más tienen que decir en esta historia. Dramas del pasado, la ausencia de unos padres que se fueron demasiado pronto y la confrontación de la infancia ante la falta de sus progenitores. La nueva antología de terror posee todos los ingredientes necesarios para hacer que un cuento de hadas se convierta en la peor de las pesadillas de sus protagonistas.
La serie vuelve a contar con algunos de los intérpretes de Hill House aunque en este caso se meten en la piel de otros personajes. La voz cantante la lleva Victoria Pedretti encarnando a una joven profesora que comienza a trabajar de Au Pair en la mansión para educar a los pequeños Miles (Benjamin Evan Ainsworth) y Flora (Amelie Bea Smith). La joven llega a la mansión gracias a la contratación de Henry Wingrave (Henry Thomas), tío de los jovenzuelos y que a pesar de que quiera lo mejor para ellos no visita la casa tras el fallecimiento de los padres de los pequeños. Allí en la mansión trabajan también Owen (Rahul Kohli), la jardinera, Jamie (Amelia Eve) y el ama de llaves, la Sra. Grose (T’Nia Miller).
La labor del reparto es lo que más peso tiene la serie. Todos y cuando digo todos, están perfectamente perfilados en sus roles. Es cierto que quien se lleva la palma es la pequeña Flora, que está “realmente espléndida” en la interpretación, además de que el acento británico es para enmarcar. Una historia situada a finales de los años 80 y comienzos de los 90, en la que por motivos de spoilers no te contaré y prefiero que disfrutes agarrado a la butaca porque lo sobrenatural vuelve a hacer gala de una manera elegante e hipnótica, sin tener que recurrir al terror más infame basado en los jumpscare. Aquí el terror es el drama de la muerte, de lo que han vivido sus personajes y tendrán que hacer frente para tratar de desvelar el misterio de Bly Manor.
La serie además bebe de los mejores elementos góticos que dan sentido a estas historias. Desde el amor no correspondido, los celos y los condenados a la soledad, el cuidado de los demás y la necesidad de sentirse amado. La Maldición de Bly Manor es hipnótica, llena de una tensión mágica que atrapa por su ritmo, su belleza sobrenatural y todos los elementos que convierten a la antología de terror de Netflix en uno de los mejores productos del género.