4 Butacas de 5
La revolución de Karl Marx no es algo que se quedase simplemente en él. Fueron unos valores que gran parte de la sociedad asimiló y posteriormente han seguido llevando a cabo cientos de personas que se han sentido identificados contra la alineación del hombre.
Pero Karl Marx, no solamente fue un revolucionario, también fue padre de familia y la historia que les vengo a contar se centra en su hija menor Eleanor Marx.
Miss Marx no es un biopic al uso ni mucho menos, pese a su apariencia clásica, es una película que rompe con el género y es ahí donde sin duda la película brilla más, en su originalidad. Socialismo, revolución y feminismo, tres ingredientes que forman parte en la caracterización de la actriz Romola Garai, espléndida en la representación de la protagonista.
Una película que ha llegado a San Sebastián precedida de tres premios paralelos de la Mostra de Venecia. Una reescritura emocional, agresiva y diferente que bebe principalmente de los valores del apellido Marx para mostrar la fuerza y el estilo que Susanna Nicchiarelli le impregna a la película. Podría definirse como un estilo punk o alternativo, pero algunas de las escenas del largometraje brillan con luz propio. Desde el momento de La Internacional a un baile al estilo punk que saca del ambiente clásico al espectador. El largometraje da rienda suelta al valor de una mujer que fue protagonista de una época que aspiraba a mejorar la vida de la clase obrera.
Los derechos de los trabajadores y la igualdad, dos aspectos esenciales en el argumento del film además de romper la cuarta pared con el espectador que la única pega que se le encuentra a la historia son los vertiginosos saltos temporales que tiene. Es evidente que un film biográfico tiene que condensar los aspectos esenciales pero aquí a veces hacen que el espectador pierda el hilo.
A pesar de esto, la película es un disfrute con la que se empatiza además de romper las notas clásicas con un canto a la libertad y modernidad.