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Un baile salvaje, una lucha constante con los segundos de un reloj que no deja de andar, la vida de Enrique Villarreal ‘El Drogas’ llega a las carteleras. Lo que ha sido y es para El Drogas su alma, su música, la que le permitió fundar Barricada y del que fue expulsado de manera amarga. Una lucha por seguir creando, creciendo y que no ha dejado de lado ni en su vida personal y laboral como la familiar.
“Un currante nato”, así podría definirse la vida de El Drogas en la excelente película documental que se ha marcado Natxo Leuza para narrarnos un retrato personal e íntimo sobre la vida del cantante. Un hombre que camina torcido, pero para ver la vida desde otra perspectiva. Esa que nos enseña zancadillas y piedras en un prisma diario, pero con la que El Drogas fluye como una piedra más en el río.
A lo largo de la película conocemos su vida familiar, rodeado de su mujer, a la que siempre ha apoyado y remarcando su pasión feminista por la vida. Porque Enrique, aunque posea una apariencia de tipo duro posee más pasión y sentimiento que cualquier persona. Feminista, luchador en la calle contra la represión policial y amigo de sus amigos, él solamente ha vivido por y para la música. Esa cultura que tantas satisfacciones le ha dado como notas amargas cuando le expulsaron del grupo que había fundado Barricada.
La vida de El Drogas no rehúye de nada, desde revueltas estudiantiles, el rock radical, el cine y la memoria histórica. Sí, porque también la película tiene momentos para mostrarnos como siente la vida y la política el cantante, una voz que se abre a fondo en un excelente documental que es de lo mejor que se podrá ver en las carteleras.
Un concierto de sinceridad y valores de un hombre que es el reflejo de la honestidad, de que aquello que piensa lo dice y lo hace. Al igual que en la canción La tierra está sorda, él exige una mayor contundencia en la legislación de los asuntos de la Memoria Histórica.
La película también ahonda en esos momentos familiares que se ha perdido debido a las giras, pero, aunque después siempre ha visto correr a sus hijos. Entendiéndole y apoyándole como el retrato de una familia normal que vive la vida con pasión. Una película cálida, llena de testimonios de amigos y estrellas de rock que se abrazan a su música como el cálido gesto de su gran amigo Rosendo.
Un largometraje que se siente, se escucha y se baila con el corazón y la armonía de un ser humano que sigue caminando torcido para ver toda la perspectiva de la vida.