4 Butacas de 5
La carrera al Oscar está prácticamente comenzando tras los festivales de Venecia y Toronto. A lo largo de estos meses, veremos a grandes actores intentando hacerse con una estatuilla gracias a películas muy oscarizables. Las últimas ediciones nos han demostrado que hay una serie de personajes o cintas, como los biopics o los dramas que tratan enfermedades. Julianne Moore (Siempre Alice), Eddie Redmayne (La teoría del todo), Renée Zellweger (Judy) o Rami Malek (Bohemian Rhapsody) son pruebas de ello. Ahora, parece que Anthony Hopkins quiere su segundo Oscar con El padre.
El padre (The Father) nos cuenta la historia de Anthony, un hombre octogenario y algo peculiar que comienza a darse cuenta de que algo raro está pasando en su vida. Quiere ser independiente, rechaza a todas las cuidadoras que contrata su hija Anne, y no quiere que nadie le diga lo que tiene que hacer. Mientras tanto, Anne siente que su vida está al servicio de la de su padre, quiere vivir sin ataduras y poder comenzar una nueva etapa, algo imposible por el momento. Sin embargo, padre e hija tendrán que darse cuenta de que las cosas van yendo a peor y que no hay vuelta atrás.
Creo que es justo decir que Florian Zeller ha realizado un experimento muy interesante con esta adaptación de su propia obra teatral. Lo que más me gusta de la película (dejando de lado las interpretaciones, en lo que entraremos más tarde) es su originalidad a la hora de mostrarnos un drama tan duro como es la demencia o el alzheimer. Zeller realiza un retrato de esto de una manera innovadora, nunca vista, poniéndonos en el papel central de una historia confusa y tremendamente dramática que puede ser dura para el espectador.
Hay que decir que El padre es una película de interpretaciones y personajes al 100%. El peso que tienen los actores es inmensamente superior al de los demás apartados. La historia y la estructura no importan tanto, ya que están al servicio de dos portentos de la interpretación como Hopkins y Colman. A pesar de todo, esto puede hacer que a un sector del público le cueste entrar en la película, ya que puede que no le guste la forma en la que está construida la historia, dando una importancia tremenda a los actores.
La forma que tiene Zeller para plasmar la enfermedad a través del personaje de Hopkins me parece brutal e increíblemente empática. A lo largo de toda la historia te transmite ese sentimiento de confusión, de no saber distinguir entre la realidad y la ficción, algo que le pasa día a día a muchísima gente. El hecho de que el caos y la confusión invadan la película durante todo su metraje funciona como ventaja e inconveniente, ya que puede hacer que el público, ante tanta confusión, salga de la historia por completo.
Florian Zeller realiza una buena ópera prima a partir de su obra de teatro. El padre se convirtió en la obra de Zeller con más éxito, estrenándose en más de 50 países incluido España. Con esta reputación, parecía complicado realizar una buena adaptación de esta historia en la gran pantalla, pero el director lo logra con creces. Se nota su procedencia teatral, pero creo que sabe muy bien cómo hacer una cinta digna gracias a los recursos de cámara (a pesar de que haya momentos en los que resulte confusa).
También es, como hemos comentado, una película cuyo peso está en los hombros de Anthony Hopkins y Olivia Colman. Ellos son los que llevan la historia hacia delante y el mayor punto positivo del film. De hecho, es muy probable que esta película fuera mucho peor si tuviese otros intérpretes. Anthony Hopkins está brutal en la que podría ser una de las mejores interpretaciones de su carrera. No miento si digo que es probable que consiga su segundo Oscar gracias a este personajazo que carga toda la película sobre sus hombros. Olivia Colman realiza una secundaria de lujo que emocionará durante todo el relato. Ambos están fantásticos.
En conclusión, El padre es uno de los dramas más reconocibles y duros de todo el 2020. Su forma de tratar la enfermedad, poniéndonos en el punto central de la historia, hace que entremos en ella de una manera confusa y violenta. Una muy buena adaptación teatral que podría darle un nuevo Oscar a Anthony Hopkins, quien realiza una interpretación nunca vista.