3 Butacas de 5
Las inseguridades no se van con los años, pero siempre se agradece un empujoncito. Es lo que ocurre con las protagonistas del primer largometraje de Ángeles Reiné (Ready to talk), donde vemos caras conocidas como Verónica Forqué (Reinas, Kika) o Rosa Maria Sardà (Ocho apellidos catalanes, Chuecatown).
Historia ligera para ver en familia, nos habla de dos mujeres que deciden formalizar su relación uniéndose en matrimonio. ¿Cuál es el problema? Las generaciones más jóvenes no lo llevan muy bien; lo que no deja de ser curioso puesto que la juventud por normal general ha sido símbolo de rebeldía y motor de cambio; pero en esta película supone el contrapunto un tanto conservador con respecto a la boda de las abuelas.
Nos encontramos en un escenario caracterizado por personajes que pueden resultar curiosos de primeras, donde lo más llamativo es el egoísmo de unos y la falta de comunicación entre todos ellos. Recorriendo los preciosos paisajes de Lanzarote, vamos descubriendo unos lazos en principio debilitados, sobre todo por el rencor del personaje de Ingrid García Jonsson (Hermosa juventud, Ana de Día), que no es capaz de dejar arrastrar el pasado; aunque tenga un recuerdo amable como es el personaje de David Verdaguer (Verano 1993, Lo dejo cuando quiera).
Un relato que no da grandes sorpresas, pero expone ideas reivindicativas acerca de la iglesia y la estructura familiar; pero más allá de eso, es mejor quedarse con el buen rollo que transmite el relato en general. Además del elenco tan fácilmente reconocible del cine español actual (y no tan actual); sin olvidar que se trata de la última película de Rosa María Sardà (Ocho apellidos catalanes, Chuecatown), donde se la podrá recordar con el cariño que merece.
Apariciones como Candela Peña o Alex O’Dogherty o el tema compuesto e interpretado por Mónica Naranjo terminan de aderezar esta historia que, ante todo, defiende la felicidad de dos personas que se han sacrificado por los demás toda su vida.